Campamento al lado del río
Nos levantamos tarde, desayuno en el hotel y bajamos a Internet para colgar la segunda entrega del blog. Salimos rumbo a la Chusky Track, la famosa carretera que recorre la República de Altai de Oeste a Este. Hacemos kilómetros pero la carretera todavía no es tan bonita como esperábamos. Muy buen asfalto. Buscamos hotel en un pueblecito pero no nos convence. Continuamos y vemos unas tiendas de campaña al lado del río, junto con un autobús escolar. Entramos y vemos que está todo cristo acampado allí. Localizamos un hueco majo al lado del río y nos instalamos.El vecino rápido viene a entablar conversación. Le decimos de dónde venimos y flipa, cuando lo ve en el mapa más todavía. El hijo nos hace de intérprete, pues sabe algo de inglés. Muy majos.
Vemos un puente por donde increíblemente pasan los coches y nos vamos a dar un paseo. Cruzamos el puente y vemos que es una zona de marcha, con restaurantes, bares, discoteca y bastante atiborrado de gente. Cenamos bastante bien en un garito con terraza, viendo al personal que se mueve por allí, están todos de vacaciones, bañito, cenita y disco.
Montamos tiendas, leemos un rato y empieza la discoteca ¡al aire libre!, ¡oh no! Además, el vecino nuestro se anima y pone la música en el coche mientras privan unas botellas que parece hidromiel.
Nos metemos a las tiendas y te retumbaba todo el cuerpo. ¡Si yo juré que no volvería a acampar en el Womad de Cáceres! Esto fue por el estilo. Por si no fuera bastante, a altas horas de la madrugada, las que creíamos eran las profesoras de los niños, llegan mamadas cantando y gritando, para dar buen ejemplo a sus pupilos de cómo se bebe vodka en Rusia. ¡Vaya campamento! ¡Qué ojo tuvimos!
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