En el reparto de juguetes tenemos que tener mucho cuidado con las mujeres del pueblo porque empiezan a meter mano y a coger juguetes de la bolsa y a acumularlos. Hay que empujarla y decirles “niet” en todo momento.
Continuamos hasta la frontera.
Hace un día de calor abrasador. La frontera está situada en un arenal. La salida de Kazajstán nos resulta bastante fácil y sin pagar nada. Llegamos a la entrada de Uzbekistán donde es más caótico todavía y empleamos mucho más tiempo de una garita a otra bajo un sol abrasador. Pagamos 6 € por el permiso de circulación y en una de las colas siguientes una mujer militar uzbeka pregunta a Jenni que de dónde somos y nos cuela, todo un palo, aunque luego tardamos casi tanto como si no nos colara. El poli le da un tecito a Jenni. Revisión de coches somera, sellado de pasaportes, Jenni y Luis se van sin sellar y tienen que volver porque no les dejan salir de la frontera. Salimos y nos dicen que el seguro en unos 20 km lo podemos hacer.
Allí hay un control policial pero es para cobrar un impuesto de contaminación de 30 € por coche, un palo. Al final toma los datos y no nos cobra nada, pensamos que porque son modernos los coches y contaminan. Le preguntamos por el seguro y nos dice que en Uzbekistán no hace falta seguro para el coche, que no bebamos y que si nos vamos a chocar frenemos.
El forito fantástico
Seguimos ruta y nos encontramos la pista cortada con unas piedras porque estaban asfaltando. Había que salirse en paralelo por unos arenales de la leche. Hablamos con el paisano a ver si podemos evitarlo pero no hay forma, así que a hacer arena con los foritos. Pasamos varios arenales enormes y descubrimos que en primera a fondo pasa por cualquier sitio sin quedarnos atascados, nos lo pasamos bomba. La arena subía hasta el techo y en la luna no nos dejaba ver, había que ir con el limpia encendido. Grabamos unos videos y volvemos a la pista. Los coches cogen arena por todas partes y luego los electroventidadores vibran muchísimo cuando se conectan.Nos vuelven a parar y a tomar los datos un poli bastante colgado que te gritaba de broma pero te acojonaba las primeras veces.
Lavado de piés
Continuamos la pista en un tramo bastante malo y nos encontramos a una familia que ha pinchado su coche, tienen un niño muy pequeño. Les preguntamos si podemos ayudar y nos dicen que ya se han llevado la rueda a reparar y les damos una garrafa de agua que nos piden. Cuando empieza a anochecer pasamos Asqalag y buscamos una pista que nos aleja un poco de la carretera, allí acampamos. Revisamos los coches, limpiamos un poco los electros. Estábamos tan polvorientos que nos lavamos pies y piernas con una ducha portátil y un barreño. El agua que llevábamos no para una ducha completa.
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