Por la mañana volvemos a hacer papeles. Parece ser que un permiso de circulación que nos hicieron en la primera entrada deberíamos tenerlo, pero ese papel se lo quedaron al salir de Kazajstán. Al ver que teníamos seguro hecho y que figuraba la misma fecha de entrada que en nuestros pasaportes se tranquilizan un poco.
Un policía nos saca 5$ por coche, aunque uno de los coches se lo pagamos en sun (moneda Uzbeka, que no les mola nada) pero le dijimos que eso o nada.
Luego el de los sellos también saca pasta a la gente, pero a nosotros nos mira con cara de mala hostia, nos da todas las largas que puede y salimos con el sello y sin pagar un pavo de más. No nos revisan y tiramos millas.
Ya estamos en Kazajstán por segunda vez, un poco escocidos con la frontera,ya que en total echamos unas 15 horas para pasarla.
Tiramos rumbo a la frontera de Kyrzygstán, pero no podemos entrar porque no tenemos visado. Tendremos que dar un poco de rodeo porque la carretera nos lleva a Almaty pasa por la capital de Kyrzygstán, Biskek. Acampamos cerca de la carretera por un camino, por el que nos cruzamos con una enorme limusina de una boda, ésto es muy frecuente en Uzbe y Kaza. Arreglamos una de las tiendas Quechua que se montan en 2” y se rompen en 4 montajes.
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