El tío jeta dice que eso no vale, que en Kaza hay que llevar la pegatina ovalada con la E. Nos lleva al Lada Niva y nos enseña el artículo del código de circulación, en ruso claro, lógicamente no entendemos nada. Nos amenaza con que nos va a multar y que se queda con los carnets de conducir hasta que paguemos en una población grande la multa y que allí nos devuelven los carnets, teniendo que perder algún que otro día hasta que lleguen allí nuestros carnets. Le decimos que nada de eso y entonces insinúa que puede hacer la vista gorda, todo esto más bien por gestos porque no le entendemos ni papa.
Total, que le soltamos 7 $ y el tío se descojona en nuestra cara y hace con el dedo sobre el asiento un dibujo de 50 $. Le decimos que no tenemos y le damos un billete de 500 tg (tenges, moneda de Kazajstán), que en ese momento era lo más pequeño que teníamos. El tío sonríe al ver la pasta y nos deja marchar. En total son cerca de 40 $ para el policía corrupto. En esta ocasión Kazajstán nos debe pasta, al final del viaje haremos un balance.
Continuamos bastante cabreados y dándoles vueltas a la cabeza y con mucho cuidado en la conducción para no darles motivos, encima. A todo esto, la carretera por la mañana muy mala, sólo se puede ir a 50 ó 60 km/h si no quieres tragarte los superbaches cada dos por tres. Comemos algo rápido y seguimos.
Reparación del faro
Después de comer 150 km hasta Semey, los peores del viaje, en realidad hay dos carriles en un sentido y otros dos en otro, con una mediana de tierra en medio. Algunos baches son auténticas fosas, en las que tienes que llegar a parar el coche por completo si no quieres destrozarlo. La gente se cambia de un carril de la autopista al otro, todo el mundo circula por donde cree que está mejor, aunque sea en dirección contraria, aún así nos siguen pasando a toda leche. Paramos a poner una bombilla y a limpiar un faro que se había llenado de polvo, un poco de cinta americana ¡uy, perdón, imperialista! Y solucionado.Justo al salir de esa zona de baches hay un control de policía y nos paran, a Luis y Jenni para decirles que iban muy rápido, la carretera en realidad es de 90 km/h. Jenni muy cabreada se viene a nuestro coche y deja a Luis bregar con los extorsionadores. Luis que es un profesional, les hace gracia, e incluso le graban con el móvil y consigue no darles un pavo y les coloca pastillas pica-pica y unos bolis. Esto nos alegra un poco porque lo veíamos muy feo.
Llegada a la horrible Semey, intentamos buscar hotel, localizamos unos y nos piden 8.000 tg (unos 54 $) les decimos que no y no nos bajan nada. Nos piramos buscando otro hotel y nada.
Salimos dirección Barnaul y al campito otro día más. Kazajstán nos está dejando un mal sabor de boca, sobre todo por su frontera y su policía corrupta, todo lo contrario que Uzbekistán.
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